Llevaba días pensando qué coño hacer para recuperarla, pero nada se le pasaba por la cabeza. Se paseaba por aquel parque, en el que siempre quedaban a ver la vida pasar. Recuerda cuando ella le decía que le apetecía subirse al tobogán y tirarse, como una niña. Y eso le enloquecía. Sus ganas de vivir y su manera de reírse. Y allí se pasaba, día tras día. Sentado en su banco y recordando momentos. Hasta que un día, venía de comprarse un café en el sturbucks y se dirigía a ese parque cuando la vio. Como siempre, guapísima. Su pelo rubio, sus ojos castaños... pero había algo diferente en ella. ¿Y su sonrisa? ¿Dónde la había metido? ¿Qué había hecho con esos dientes perfectamente colocados que tanto le enloquecían? Estaba claro que estaba sufriendo. O que por lo menos no tenía tantas ganas de sonreír como antes.
"Se acabó. Lo prometido es deuda. Tengo que intentarlo, una y otra vez."
Se acercó a aquel banco donde estaba sentada. Aquella chica levantó la mirada y le vio. Tan perfecto como siempre.
- Ana...
- Hugo. ¿Qué tal todo?
- Bien, bien...
- Perdón por haber estado tanto tiempo desaparecida, es que he estado un poco liada y...
- Shh, calla. Escúchame, por favor.
Ana asintió. Tenía que escucharle, se lo merecía.
- ¿Te acuerdas de este sitio? Cuando comprábamos en el sturbucks, yo un café con leche, tu un capuccino ... Y luego nos sentábamos. En esta banco exactamente. Y podíamos pasarnos tardes enteras aquí. Sin darnos cuenta de lo que pasaba al rededor. Solos tú y yo. ¿Lo recuerdas?
- Sí...
Asintió Ana, cabizbaja pero sin poder evitar una sonrisa.
- ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Es qué no lo echas de menos? ¿No echas de menos mis manos rozando las tuyas?¿Y mis labios con sabor a café? ¿O las horas que pasábamos tirándonos por ese tobogán, como si de niños se tratase? En serio, no quiero que esto forme sólo parte de mi recuerdo... lo necesito para seguir mi día a día, para despertarme cada mañana. Así que, como dice esa canción, nuestra canción. Hoy te pediré que me digas con la boca bien grande, con tu boquita de caramelo, hoy dímelo, dime te quiero. Ana... no sigas engañándote, por favor. Quiéreme. Es lo único que te pido.
Ella, con lágrimas en los ojos y con una enorme sonrisa en sus labios, dijo:
- Pero si es lo que hago... Cada día, cada hora, cada instante... Te quiero, te quiero, te quiero.
Y se fundieron en un beso. Un beso lleno de intensidad. Llevaban demasiado tiempo sin tocar sus labios, y no sabéis las ganas que tenían.
Hola, hola! ¿Qué tal? Aquí os dejo, poor fin, la última parte de la historia. La verdad es que no sé que me pasa últimamente pero no termina de convencerme lo que escribo. Pero bueno, serán cosas mías. La foto me hace mucha gracia. La verdad es que tengo cara de tonta pero me gusta la calidad (está hecha con la reflex de mi hermano) y el gorrito! Es el que me regalaron por reyes. No se aprecia del todo pero bueno, ya os enseñaré más fotos. ¿Qué tal Papá Noel? A mi muy bien :D Os dije que os diría que me han regalado así que allá va: Una camiseta, el gorro, la colonia de sweet and sexy de Don Algodón(que no sé si cambiarla por una de adolfo dominguez que me gusta más como huele), dinero(220 euros jaja) y un quit de viaje que no se explicar exactamente por aquí como es. ¿Qué tal se ha portado Papá Noel con vosotros? Espero que bien :)
Por cierto, estoy MUUUY vaga y no he contestado todos los comentarios. Cuando se me quite esta vaguería lo haré!
¡Muak!