Sentada en el sofá, con el pórtatil a un lado y el mando de la televisión al otro, Leire hablaba por chat con Mario.
- Veeeenga Lei, vamos a salir un rato. Un paseo por Sol, un Capuccino en el Sturbucks y unas compras, que se que a ti te gustan :)
- No, enserio Mario, no tengo ganas... tengo la regla, estoy en pijama y además está lloviendo... no, de verdad, lo dejamos para otro día, ¿vale?
- Joder Leire. mira que eres dura... Si tienes la regla es algo mejor para ti. ¿no? Significa que todavía no tienes la menopausia! ¿Que estás en pijama? Hombre yo preferiría que te vistieras pero salgas como salgas a la calle vas a estar preciosa. Y... ¿está lloviendo? Bueno, pues paseamos de la mano con un paraguas y de vez en cuando saltamos a un charco y nos reímos porque el señor cascarrabias de al lado se queja. Que sí Lei, va a ser divertido. Después vamos a la floristería esa que hay tan cara a la vuelta de la esquina y les mango una rosa blanca, como a ti te gustan, y salimos corriendo porque, como siempre, el estafador de la tienda nos pilla. Y nos reímos después de haber corrido los 100 metros lisos! Entonces tenemos el día completo: tomamos algo, paseamos, compramos ropa, damos una lección a un estafador y después hacemos ejercicio. ¿Qué más quieres? Venga, ¡no puedes decirme que no!
Al otro lado de la pantalla, Leire se rie de las ocurrencias de Mario. Su Mario. Se lo piensa un poco, pero al final acepta.
- Veeeeenga vale, pero no volvemos muy tarde. Y, además, me acompañas a casa y te quedas un ratito allí hasta que vuelvan mis padres, ¿vale? :D
- Claro, lo que mi princesa diga.
- ¡¿Princesa?! ¿Pero qué basura es esa? Yo soy una reina!
- Claro, claro su Majestad, disculpa por haber sido tan grosero ;)
Y los dos se ríen cada uno a un lado de la pantalla, enamorados quizás, pero sobretodo jóvenes, y juntos, que es lo más importante.
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